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dichos del Profeta

Mensaje del Profeta

  • Relató Ibn 'Abbas (que Allah esté complacido con él) que el Mensajero de Alá (la paz sea con él) dijo: “Ciertamente, Alá ha perdonado por mí causa, a mi pueblo, el error, el olvido y lo que puedan hacer bajo amenaza”. (Hadiz Hasan (aceptable), relatado por Ibn Mayah, Al-Baihaqí y otros)

     

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El trato del Profeta Muhammad a los niños
El trato del Profeta Muhammad a los niños

El Profeta Muhammad, la paz sea con él, se dio cuenta de que  tratar, con éxito, al niño depende de unos métodos educativos estudiados, basados en la ciencia, los conocimientos, la experiencia, la paciencia y la asimilación.  Dada la importancia de ese ciclo de edad, el  Profeta Muhammad ha formulado un método educativo y científico de tratamiento que ha proporcionado personalidades eficaces, líderes distinguidos y sabios. Los ejes más importantes del tratamiento del Profeta con  los niños son:

 El buen trato a los niños y ser sencillo con ellos:

A los niños les atrae quien  les trata con sencillez y convive con ellos  como si fuera un niño más. Les horrorizan las personas antipáticas enojadas, y se muestran reservados ante las personas serias y respetuosas. El Profeta Muhammad, consciente de ello, se ocupó de lo que los niños aman, y  trataba de transmitir -a través de su simplicidad con ellos, bromeando y tratándoles amablemente-  significados importantes en la corrección de sus comportamientos y la formación de  su personalidad.

 Se narró que Abu Hurayrah -que Allah esté complacido con él- dijo: "Estábamos acostumbrados a rezar la oración del ishaa (la noche) con el Mensajero de Allah, y veíamos que cuando postraba, sus nietos, Al Hassan y Al Hussein, subían  en su espalda, y cuando se levantaba la cabeza, les cogía amablemente con la mano, y les colocaba. Cuando él volvía a postrarse, ellos volvían a subir en su espalda, y cuando terminaba su oración les sentaba en sus muslos[1].

 El niño no puede estar al tanto, por sí mismo, de los deberes, derechos, principios, valores y significados, sino que empieza a comprender todo esto paso a paso, a lo largo de su vida. Se equivoca quien trata  a un niño como a un adulto que puede tener conocimientos y controles. Por eso encontramos que muchas personas abusan del niño: quieren que sea silencioso, quieto y serio, cosa totalmente imposible.

Una mujer musulmana llamada Umm Jalid nos cuenta una escena que presenció en su infancia y que todavía recuerda. Dice: «He venido con mi padre a ver al Mensajero de Allah, la paz sea con él, vestida de una camisa  amarilla. El Mensajero de Allah dijo: “Buena, buena”. Ella dijo: "Fui a jugar con el sello de la profecía, pero mi padre me prohibió. Entonces el Mensajero de Allah dijo: «Déjala". Luego dijo: “Que lo gastes, y que Allah te dé otra camisa nueva” (tres veces)[2].

 Es una anécdota singular y expresiva sobre lo que queremos decir. Un hombre visita a Muhammad, llevando a su hija;  y sabe que el Profeta  ama a los niños, y que le alegra su presencia. La chica se atreve a subir a su espalda para jugar; el Profeta se ríe y no le molesta que ella juegue. Es más, suplica a Allah por ella, y repite la súplica tres veces.

A veces el Profeta  llevaba a un niño, y éste orinaba sobre su ropa. Entonces pedía agua para lavarla. La misma anécdota se  repitió varias veces. El  Profeta no sólo llevaba niños, sino también niñas. Así lo cuenta Um Karz de Juza3a diciendo:" Se ha llevado a un niño al Profeta, y el niño orinó sobre él. Entonces pidió agua para lavar la ropa. En otra ocasión fue una niña la que orinó sobre el Profeta, y en esta vez también pidió agua para lavar su ropa"[3].

Abu Musa, su compañero, dice: «Nació un hijo mío, y le llevé al Profeta quien le llamó  Ibrahim, le hizo saborear un dátil, y suplicó a Allah que le bendijera»[4].

El Mensajero de Allah, jugaba con los niños, incluso en el camino. Yahli ibn Murra dice: “Salí con el  Profeta un día, invitados a comer, y he aquí que Al Hussein ibn Ali jugaba en el camino. El Profeta anticipó a la gente, y extendió sus manos para llevarlo. El niño se escapaba acá y allá; el Mensajero de Allah le perseguía y los dos se reían”. Es más, él cogía a Osama ibn Zaid y Al-Hasan ibn Ali, y les ponía en sus muslos: uno en cada muslo, y luego les abrazaba diciendo: « ¡Oh Allah, apiádate de ellos, pues yo me apiado de ellos»[5].

 Incluso en un momento de oración, una niña –Umama hija de Zainab- vino  a él y él la llevó. Cuando se arrodillaba la ponía en el suelo, y cuando se levantaba, la volvía a cargar[6].

 Mahmud ibn Ar Rabei, dice: "Recuerdo, teniendo cinco años,  que el Mensajero de Allah, me arrojó agua a la cara.»[7] El Profeta Muhammad cuando oía a un bebé llorar durante la oración, agilizaba la oración, para que la madre del niño terminara de orar y pudiera atender a su hijo. En un hadiz decía: "A veces estoy haciendo la oración y  quiero que sea larga, pero oigo el llanto de un niño –o a una madre tratando de callar a su hijo- y entonces hago la oración corta para que la situación no sea difícil para la madre »[8].

El Profeta, jugaba con los niños y hablaba con ellos de sus asuntos, aunque carecían de importancia para un hombre como él. En este sentido Anas dijo: "El   profeta, era el  mejor de todos en cuanto a su carácter; yo tenía un hermano que se llamaba Abu Omair; mi hermano tenía un pájaro que jugaba con él. Cuando el profeta le veía, le decía: «Abu Omair,  ¿qué pasa con el pajarito? »[9].

Aprecio y respeto por el niño:

 En su trato con los niños, el Profeta Muhammad procuraba mostrarles respeto y enseñarles los mejores conceptos con los medios más simples. No era severo con ellos. Nos lo cuenta un niño -Abdullah ibn Aamir- diciendo: «Estando el Mensajero de Allah en nuestra casa, mi madre me invitó y me dijo: “Ven, que te voy a dar algo”. El Profeta le preguntó ¿Que querías darle? Mi madre dijo: “Dátiles”. El Profeta le dijo: «Si no le das algo, se escribirá una mentira»[10].

 El Profeta le prohíbe que subestime los sentimientos del niño, o que le diga mentira,  aunque prometiendo darle algo sin que lo haga.

 Y cuando Muhammad  veía en los niños algo que requería  corrección, lo trataba con ellos suavemente, sin amonestación ni gritos. Umar ibn Abi Salamah dijo: «Yo era un niño con el Mensajero de Allah, y mi mano se movía en el plato. El Mensajero de Allah me dijo: Oh, muchacho; comienza con el nombre de Dios; come con  tu mano derecha; y  come de  la parte que tienes más cerca de ti»[11].

 También trató Muhammad  de educar a los niños a través de sus enseñanzas y su comportamiento en los significados de la hombría de bien y la buena disposición. Desde la infancia, instruía a los niños  a través de  situaciones dispersas y esporádicas. A veces dejaba que asistiesen a sus reuniones con sus compañeros a algunos jóvenes -Abdullah ibn Abbas y Abdullah ibn Omar- para que aprendieran. Abdullah ibn Umar dijo: "Estábamos con el Profeta y trajeron una médula (de palma). Él dijo:" Entre los árboles hay uno que se asemeja al musulmán". Quería decir que se trataba de la palmera, pero vi que yo era el más joven, y me callé. El Profeta entonces dijo: «es la palmera»[12]

El Profeta enseñó a Abdullah ibn Abbas -que era entonces un muchacho que montaba detrás de él en su montura-  significados grandes con palabras simples. Le dijo: « ¡Oh, muchacho, vigila a Allah y te conservará...»[13].

Muhammad va más lejos aun en su aprecio  por los niños, en una sociedad que no les daba importancia. Una vez sentó a uno de ellos a su derecha, y eso hacía al niño merecedor de respeto más que algunas personas conocidas. Sahl Ibn Saad As Saedi dice: Al  Mensajero de Allah le  trajeron una bebida, estando un niño a su derecha, y a su izquierda personas mayores. Dijo el Mensajero de Allah al muchacho: «¿Me permites dar de beber (primero) a éstos?” El joven dijo: "No, por Allah, a nadie dejaré esta posición junto a ti»[14].

 Muhammad, la paz sea con él,  tuvo en cuenta el derecho del niño pidiéndole permiso, y  cuando el niño insistió,  no le reprochó, sino que respetó su derecho.

 Preservar los derechos del niño dentro de la familia  y la sociedad:

El Profeta dio importancia a  mantener los derechos del recién nacido a ser atribuido a su familia conocida -mediante documento testificado- como fruto de un matrimonio válido. El Islam prohíbe tener hijos fuera del matrimonio, para protegerlos de los problemas en el futuro, así como por mantener la pureza de la sociedad, evitando el vicio, la corrupción y la mezcla de linajes.

 Muhammad habla de ciertos derechos del niño: a que su padre le elija  una madre de buena conducta, a que tenga  buen nombre que no sea objeto de burlas, a la lactancia materna, a crecer en un medio ambiente sano y en un entorno moral sano, a la educación basada en la fe, y  a estar a salvo de todo tipo de abuso sexual, de  esclavitud, de servidumbre o de ser tratado como mercancía.

Asimismo el mensaje del Islam confirma el derecho del niño a la herencia y testamentos. Confirma  también con gran énfasis el derecho del  niño huérfano a la atención, y al cuidado, y a que la sociedad  proteja su dinero, y le garantice el mantenimiento de sus derechos de una forma completa.

[1] Relatado por Ahmad
[2] Relatado por Al Bujari
[3] Relatado por Ahmad
[4] Relatado por todos
[5] Relatado por Al Bujari
[6] Relatado por todos
[7] Relatado por todos
[8] Relatado por todos
[9] Relatado por todos
[10] Relatado por Abu Dauod
[11] Relatado por todos
[12] Relatado por todos
[13] Relatado por At Termedhi
[14] Relatado por todos

 

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